Consta de 33 capítulos.
RESUMEN
1. CAPÍTULO :
Martín Fierro comienza a adelantar lo que falta por escuchar. Habla de lo que es ser payador y la diferencia del cantor del pueblo y del gaucho, ya que critican al gaucho por su ignorancia.
2. CAPÍTULO :
Fierro habla del cruzar el desierto y de los recuerdos de la familia. Recuerda que se dirige al desierto con Cruz y llegaron a unos toldos de salvajes. Pero, al verlos, los indios se les vinieron encima a Fiero y a Cruz, en eso llego un indio que les dijo que debían su salvación a un cacique y que ellos iban a quedar cautivos. Como el indio era muy desconfiado, los puso bajo vigilancia.
3. CAPÍTULO :
Los tuvieron sin poder conversar por 2 años (a Cruz y a Fierro) y después de ese tiempo el cacique los dejo vivir juntos, se fueron a vivir a la orilla de un pajal. Sin mucho alimento que conseguir, se dedicaban a cazar.
4. CAPÍTULO :
El indio invade y para realizar el malon iban con lanzas y varios pares de bolas, para no cansar al caballo. Es cruel el indio y odia al cristiano. El peso del trabajo lo deja a sus mujeres y pues, ellos son ladrones, pero viven en la miseria.
5. CAPÍTULO :
Cuando la invasión regresa, los indios traen cabezas de vaca y yegua y negocios que saquearon. Se reparten el botín con igualdad y cada indio va a su toldo. El indio no sabe lo que es amar, y eso se refleja cuando matan a sus mujeres sin compasión alguna.
6. CAPÍTULO :
Paso el tiempo y ellos seguían solitarios. El indio que los salvo les regalo dos caballos y a veces los fue a ver. Apareció la viruela negra y empezaron a morir los salvajes. Cruz y Fierro tenían ganas de volver a sus pagos, pero como el indio que los ayudo se enfermo, decidieron ir a cuidarlos, pero murió a los pocos días. Cruz también enfermo y antes de morir le pidió a Fierro que si volvía que buscara a su hijo. Tuvo un terrible desmayo y murió.
7. CAPÍTULO :
Fierro sepulto a su amigo y humedeció aquel suelo con su llanto. Pensaba en sus pagos, su familia y su amigo. Escucho unos quejidos y descubrió que era una cristiana ensangrentada que la había herido un indio con su rebenque.
8. CAPÍTULO :
Supo después que ella había llevado una comitiva de indios pampas a su partido, mataron a su marido y la llevaron cautiva. Tenía a un hijito al lado suyo. Cuando estos crecían los indios los cambiaban o vendían por potros. Ella trabajaba para una india y cuando la hermana de la misma se enfermo, acusaron a la cautiva de brujería, como no confeso supuesta brujería degolló el indio a su hijito.
9. CAPÍTULO :
Cuando el indio vio a Fierro, saco sus boleadoras y el mismo saco su facón. El indio se le vino encima con sus boleadoras y apenas rozo a Fierro, quien le tiro una puñalada, pero el indio la esquivo. El gaucho se enredo con el chiripa y cayo, el indio se le puso encima y cuando le estaba por pegar a Fierro, la mujer lo empujo sacándoselo de encima. Siguen peleando, pero en un momento de descuido Fierro le hace dos tajos hasta matarlo.
10. CAPÍTULO :
Fierro y la cautiva se subieron a los caballos y se fueron del lugar. Varias veces no comieron y otras comían carne cruda. Después de mucho sufrir alcazaron a divisar una sierra y luego se dirigieron a una estancia, en donde se despidió de su compañero.
11. CAPÍTULO :
Al acercarse a otra estancia, se encontró con un viejo amigo. Este le contó que el juez que lo buscaba había muerto y el gobierno ya no lo buscaba mas por sus crimines. Fierro reflexiona que por culpa del juez había perdido 10 años de su vida. Se entero que había una carrera de estancieros y se fue por ahí, estos después de reconocerlo le contaron que su mujer había muerto en la miseria. Y mientras tomaba unos tragos se consoló al encontrarse con sus dos únicos hijos que le cuentan sus historias.
12. CAPÍTULO : hijo mayor de Martín Fierro
LA PENITENCIARIA: Trabajo como peón con un patrón que hacía su vida un calvario. Pero un día mataron un boyero y le echaron la culpa a él, y él y dos más fueron a la cárcel. En la terrible soledad pensaba en su madre, padre y hermano. Lamentaba no haber aprendido a leer, y sufrió mucho al ver que a otros presos los visitaban y a él nadie. En la cárcel no se les permitía ni hablar, ni matear, ni cantar. Les pide que guarden el en su memoria lo que les acaba de contar, si no sufriría al no creer la verdad.
13. CAPÍTULO : hijo menor de Martín Fierro
Cuenta que vivió 10 años entre extraños, hasta que encontró una tía que le dio cariño, cuidado, etc. y lo nombro heredero de los bienes que tenía. Al fallecer la tía, heredo todo pero al ser menor, el juez le confisco la herencia hasta que sea mayor. Le nombro un tutor y paso al cuidado de esto.
14. CAPÍTULO :
El juez trajo a un viejo medio cimarrón (salvaje) renegado y ladrón que lo llamaban Vizcacha, rodeado de perros. Carneaba noche a noche res (vaca, chancho, etc) alzaba en ancas el cuero que lo vendía a un pulpero, por yerba, tabaco y trago. "Cuando el juez me lo nombro tutor me dijo iba a enseñar a trabajar y dar educación, pero en realidad era todo lo contrario, vizcacha, según un amigo mío, había matado a su mujer de un palazo porque le sirvió un mate frío, siempre que soñaba con ella decía que lo llamaba desde el infierno"
15. CAPÍTULO :
Solo lo aconsejaba cuando estaba borracho, le decía que haga amigo del juez y nunca le lleve la contra, que nadie le tenga envidia y que si buscaba vivir tranquilo que nunca se case. Que es necesario llevar armas. Luego de estos consejos se quedaba dormido por la borrachera
16. CAPÍTULO :
"El viejo Vizcacha cayo enfermo y empeoraba. Entonces, le traje una curandera a ver si mejoraba. Al verlo dije que tenía un tubérculo y no le dio mucho tiempo de vida. Vizcacha, pedía a gritos que el diablo se lo llevara. Cuando ya no pudo hablar mas, le ate una campana en la mano, pero al tiempo murió."
17. CAPÍTULO :
"Los vecinos le pedían a Dios que le perdone todo lo que había hecho. Sus amigos comenzaban a contar las maldades que hacía, como escupir asados ajenos. Esta costumbre se la quito un mulato desertor al que le decían barullo, luego de que Vizcacha le escupió el asado, le largo una puñalada, pero el viejo gano la puerta y se fue" Luego el alcalde comenzó a registrar la casa, encontró lazos, cabrestos, coyundas, maniadores, una punta de arriadores, cinchones, maneas, torzales, una porción de bozales, un montón de tiradores y unas cuantas cosas más. Pero, las personas personas presentes reconocieron sus cosas y empezaron a llevárselas. El juez le dijo al huérfano que el iba a ser el heredero y se haría cargo de todo. Aunque lo que había queda eran porquerías.
18. CAPÍTULO :
Al verme solo con el muerto y los perros me puse a llorar a los gritos. Me saco el encapulario y se lo colgué a mi tutor, además de que los perros empezaron a llorar. Agarre lo mío y me fui. Después me entere de que vino un peón y lo enterró. Pero, al otro día amaneció con una mano afuera y según el enterrador, el que se la había comido, habían sido un perros. Todas las noches soñaba con perros, viejos y guascas (látigos)
19. CAPÍTULO :
No volví por lo del juez, tenía miedo que me mandaran otro tutor. El juez me había prometido que cuidaría de mis cosas hasta que tenga 30 años y sea mayor de edad. Viví por ahí y fui victima del más desdichado amor con una viuda. Fui a ver un adivino haber si me curaba de todos esos males y me dijo que me habían hecho un daño en el mate y me habían querido embrujar. Me dio algunas recetas pero ninguna logro sacarme el mal. Me fui a ver al cura y este me dijo que la viuda no se podía casar porque se lo había prometido a su moribundo marido y que aleje de esa mujer. Pero el cura le dijo al juez que yo era un cabeza dura y no tenía compostura y me echo de la frontera.
20. CAPÍTULO :
Martín Fierro y sus dos hijos festejaban el reencuentro. Vino un forastero que venía de la frontera y les pidió la bendición. Les dijo que el nombre de Picardia era lo único que llevaba, diciéndole a todos que ya se iban a enterar quien era, la gente se puso atenta y comenzó a cantar.
21. CAPÍTULO : Picardia
"Me quede huérfano y no pude conocer a mi padre, mi madre al llamarse Inocencia me puso Picardía. Primero, me llevo a su lado un hombre para cuidar las ovejas, pero todo el día eran quejas y guascasos. Luego, me fui a Santa Fe a buscando mejores fines, pero también me fue mal. Ya pensaba en volverme, cuando unas tías quisieron recogerme, se pasaban el día rezando y me obligaron a mí. De día lo hacía, pero por la noche no podía, por culpa de una morena que me tentaba, un día me canse y me fui.
22. CAPÍTULO :
Cuando comencé a ganar dinero me tuve que ir. Cuando vine me enrolaron en la Guardia Nacional. Comencé a trabajar en combinación con el dueño de una fonda, jugando cartas y peleando a la gente. Hacía trampa, así los clientes se entusiasmaban o se ponían nerviosos y jugaban mas. Como no me descubrían que hacía trampa, lo hacía en todos los juegos.
23 CAPÍTULO :
Un día, un vendedor ambulante napolitano se vino a jugar haciéndose el chiquito para sacarme ventaja, pero perdió todo, y se puso a llorar mientras yo me llevaba toda su mercadería. Seguí ganando, hasta que se presento un oficial de partida, que era ñato (de nariz chata), que me exigió que pagara una multa porque el juego estaba prohibido y que me iba a llevar al cuartel. Dos veces nos encontramos y dos veces lo insulte. Todo se complico, cuando intente conquistar a la mujer que le gustaba al ñato, y ahí se me declaro enemigo.
24. CAPÍTULO :
Me escape de el en muchas ocasiones, hasta que me agarro en las elecciones y me obligo a votar a quien quería el comité. Pero le dije: " respeto al que me respeta, pero el naipe y la boleta, nadie me la ha de tocar. " Llego la policía y por no querer pelear al cepo fui a parar.
25. CAPÍTULO :
A los pocos días, hicieron citar la gente para reunir un contingente y mandar a la frontera. La mayoría eran los que no habían votado por el que la Partida quería. Llego el Comandante y comenzó a explicarles uno por uno porque los mandarían a la frontera. Luego empezaron a acumularse mas personas, y aunque sus familias lloraran y pidieran compasión, era inútil.
26. CAPÍTULO :
Luego llego mi turno y estaba asustado. El comandante me decía que era un jugador, un vago un picaflor, y que había de ser un bandido como mi padre, a pesar de que no lo conocía. Me empeñe en averiguarlo, y me entere que era el guapo sargento Cruz. Yo conocía bien su historia y jure tener enmienda. Todo conseguí olvidar, pero el nombre de Picardía no me lo pude quitar.
27. CAPÍTULO :
Serví en la frontera en un cuerpo de milicia. Pero allí trabajaba y se hacia sacrificio, y no pagaban nada ni daban ropa. El comisario cuando venia con la paga, por "mala suerte" esta era del contingente anterior. Cuando se cansaban de alguno de nosotros, lo largaban sin ropa ni nada para que vuelva a su partido, sin darle ningún papel que acredite su servicio.
28. CAPÍTULO :
cuando me eligieron asistente mejor, en cierto modo, supe hacerme lugar al lado del Ayudante. Este se la pasaba siempre leyendo porque quería recibirse de fraile, era delicado, pero jamás lo vi disgustado. La gente lo aborrecía y lo llamaba "La Bruja", aunque lo único que hacia era recibir las raciones de víveres y de vicios. Pero los milicos decían que yo y la bruja los estábamos traicionando a todos con sus raciones. Esto no era cierto, por que nosotros los traíamos, pero lo recibía el comandante, que sacaba cuanto quería. Luego pasaba al oficial de semana, al sargento, al cabo y por ultimo recién al soldado, y cuando llegan a este ya casi no quedaba ración. El vestuario era otro infierno; si lo daban, llegaba en invierno el de verano, y en verano el de invierno.
29. CAPÍTULO :
Esto canto Picardía y después guardo silencio. Mientras todos celebraban ese casual encuentro, llego también un moreno. Este presumía de cantor y se creía bueno, se sentó y le pego un rasguido a la guitarra desafiando a Martín Fierro. Este, que siempre se halla dispuesto, tomo la guitarra y los dos comenzaron a cantar.
30. CAPÍTULO :
Fierro explica que el hombre debe mostrarse cuando llega la ocasión, hace mal en que se niegue o en que se lo rueguen. El moreno le dice que el es un pobre guitarrero y da gracias a Dios por poder cantar con alguien que lo experimenta a el, cuenta que tenia nueve hermanos, que ha vivido libre sin depender de nadie, y que sabe mucho. Fierro le replica que si el sabia tanto, que le diga cual es el canto del cielo. El moreno le dice que Dios había creado a los hombres negros y blancos, pero que no hizo dos clases distintas, pues los negros pintaban al diablo blanco, y los blancos lo pintaban de negro, que los cielos lloran y cantan hasta el mayor silencio. Fierro dice que los negros y los blancos tienen los mismos dolores, y que le relate el canto de la tierra. El moreno lo explico bien, y entonces Fierro le pide el canto del mar, el de la noche, de donde nace el amor, y que explique que entiende por ley. Como relata todas bien, Fierro le permite al moreno que le pregunte algo. El moreno, entonces le pregunta "¿Para que fin el Eterno ha creado la cantidad?" Fierro le dice que Dios creo solo la unidad, y que el hombre aprendió a contar. Al ver que le contesto correctamente, el moreno le pregunta para que formó Dios la medida. Fierro le contesta que la medida la invento el hombre para el bien suyo, pues Dios no tenia que medir sino la vida del hombre. Luego el moreno le pide que le diga que significa el tiempo y el peso. Fierro se lo relata bien, y le dice que si quería aprender mas cosas que se lo preguntara. El moreno le dice que ninguno debe abusar de la ignorancia de nadie. Cuenta que de los diez hermanos solo quedan nueve, pues el primero murió a manos de un pendenciero, que jamás encontró. Dice finalmente que si en otra ocasión payan, cantaran sobre las muertes injustas que algunos hombres cometen. Fierro le responde que por fin se había callado, que el conoció a los morenos mas peleadores, y que el no busca peleas y que las contiendas no le gustan, pero ni las sombras lo asustan ni los bultos lo menean.
31. CAPÍTULO :
Luego de las palabras, los presentes los separaron y Fierro, sus hijos y Picardía montaron y se dirigieron a la costa de un arroyo. Allí pasaron toda la noche, y al amanecer meditaron, y por su estado de pobreza decidieron separarse. Antes de hacer esto, Fierro les aconsejo.
32 CAPÍTULO :
Fierro los empieza a aconsejar y le dice que estos concejos, que le ha costado adquirirlos, se los da porque desea dirigirlos, pero que su ciencia no alcanza para darles la prudencia que precisan para seguirlos.
33 CAPÍTULO :
Luego se separaron todos, una para cada punto cardinal, pero hicieron una promesa: convinieron entre todos cambiarse el nombre. El relator explica que ha cumplido con su deber, pero todavía le quedan rollos por si se ofrece a dar lazo, que le permitan descansar porque en este punto (33 cantos) se planta; dice que recordemos estas palabras "En mi obra he de continuar hasta dárselas concluidas, si el ingenio o si la vida no me llegan a faltar", y que si algún día faltasen, los gauchos sentirán tristeza en el corazón y lo tendrán en su memoria para siempre. "Que nadie se ofenda si canto de este modo no es para mal de ninguno si no para bien de todos".